Cambios en el comportamiento de consumo: ¿qué esperan los consumidores de las marcas en la actualidad?
Cambios en el comportamiento de consumo: ¿qué esperan los consumidores de las marcas en la actualidad?
En las últimas décadas, el comportamiento de consumo de la sociedad ha experimentado una serie de transformaciones significativas. Desde finales de los años 90 y, sobre todo, desde la vuelta del siglo XXI, el mundo se ha enfrentado a desafíos cada vez más complejos relacionados con la sostenibilidad, la preservación ambiental y la equidad social. Como consecuencia, la forma en que las personas piensan y consumen productos y servicios ha ido cambiando.
La evolución del consumo
Hasta los años 90, el consumo se veía principalmente como una forma de expresión de estatus y poder. El objetivo era consumir cada vez más, y los productos eran considerados desechables y reemplazables. En esa época, la preocupación ambiental todavía no formaba parte del imaginario colectivo y el concepto de sostenibilidad era poco difundido.
En los años 2000, los diálogos sobre sostenibilidad y la preocupación por el medio ambiente comenzaron a cobrar fuerza. Acciones como la firma del Protocolo de Kyoto en 2005 colocaron la cuestión del cambio climático en la agenda mundial. Aun así, el consumo desenfrenado seguía siendo la norma y la industria de la moda, por ejemplo, intensificaba la producción de ropa de baja calidad y bajo precio.
En Brasil, incluso se puede citar el aumento de la facilidad de crédito como posible factor de impacto ambiental, ya que a partir de este período se comenzaron a comprar productos como coches en escala cada vez mayor.
Economía Circular
En los años 2010, un concepto que comenzó a popularizarse fue el de «economía circular». La idea era difundir la idea de que los recursos naturales son finitos y deben ser utilizados de manera más inteligente y consciente.
El reciclaje y la reutilización de materiales comenzaron a ser vistos como soluciones para reducir el impacto ambiental del consumo. Los impactos de la llamada «fast-fashion» (una moda orientada al consumo desenfrenado y el descarte) también entraron en la agenda. Las empresas comenzaron a adoptar prácticas más sostenibles, como la producción de envases biodegradables y la utilización de energías renovables.
En la década de 2020, especialmente debido a la pandemia de COVID-19, se pueden citar diversos cambios en el comportamiento de consumo en todo el mundo. El aislamiento social, el cierre de establecimientos y el fortalecimiento del comercio electrónico han hecho que la discusión ambiental sea aún más necesaria y frecuente.
Por un lado, todavía tenemos una parte considerable de la población que no se preocupa tanto por el impacto ambiental de sus decisiones de compra. Por otro lado, hay un aumento considerable de grupos en línea y fuera de línea que comienzan a discutir cómo algunos sectores, especialmente el industrial y el de servicios, necesitan frenar y revisar sus conceptos en cuanto a la extracción de materia prima y al marketing orientado al consumo desenfrenado e inconsciente.
Consumo consciente: una mirada al futuro
Como discutimos anteriormente, el comportamiento del consumidor ha estado cambiando con el paso de los años, especialmente después de la pandemia del 2020. Por lo tanto, es necesario entender que hacer negocios en la actualidad definitivamente no es – y no debe ser – exactamente igual que hace diez años, por ejemplo.
A pesar de que todavía estamos viviendo en un mundo en el que el consumismo parece tener el control, los empresarios deben prestar atención a una creciente cantidad de personas que buscan experiencias más ricas, personalizadas y fluidas, que establezcan una relación genuina más allá de la simple transacción de compra y venta.
Las investigaciones muestran que los consumidores buscan cada vez más valor, y esto no siempre está relacionado únicamente con el concepto de precio. Palabras clave como experiencia, consumo intencional, consumo consciente y propósito socioambiental pueden ser buenos indicadores para las empresas que piensan en el futuro de sus negocios.
Las marcas deben establecer estrategias para satisfacer estas nuevas premisas básicas, ofreciendo oportunidades de autoexpresión, entendiendo e incentivando los cambios de hábitos y ayudando a los consumidores a explorar y expresar sus intereses en un mundo que cada vez se preocupa más por su futuro.
A medida que el mundo sigue evolucionando y adaptándose, es importante que las empresas estén atentas a los comportamientos emergentes del consumidor y ajusten sus estrategias en consecuencia. Al entender y satisfacer las necesidades de los consumidores actuales, las empresas no solo pueden sobrevivir, sino también prosperar en un mercado en constante cambio.
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